LOS OBISPOS ESCOCESES CRITICAN LAS NUEVAS REGLAS DE CONFINAMIENTO COMO “ARBITRARIAS E INJUSTAS”

Los obispos de Escocia dicen que están perplejos por la decisión del gobierno escocés de cerrar iglesias como parte del último confinamiento del país por el COVID-19. El confinamiento de un mes implica que no se celebrarán misas públicas en Escocia hasta, al menos, el primero de febrero. Pueden realizarse funerales y matrimonios, pero con un número limitado de asistentes. La Conferencia Episcopal de Escocia describe esa prohibición de los servicios religiosos públicos como "arbitraria e injusta", dada la evidencia, dicen, de que las medidas de seguridad pública en las iglesias han demostrado ser efectivas para prevenir la propagación del COVID-19. También señalan que un confinamiento nacional paralelo en Inglaterra no incluye que las iglesias de ese país se vean obligadas a cerrar sus puertas. Los Obispos escoceses piden ahora al gobierno escocés que reconsidere su decisión.